sábado, 17 de noviembre de 2012

La prisión del ángel.


Se quebró las alas por un mortal
de vicios ocultos y versos podridos.

Sus ojos tiznados por lo cotidiano
no alcanzaron a ver el cepo
hasta encontrarse preso por completo
entre aquellos barrotes de palabras forjados


Recobró sus fuerzas usurpadas
Mordió los barrotes a dentelladas. 


Las lágrimas enjuagaron el hollín
de sus ojos ya amoratados
Despertó  y de aquella prisión
de aire y falacias, escapó.



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