jueves, 17 de diciembre de 2009

Dia

Era Invierno. El frio atravesaba ese mar de levante que con cada ola bañaba las piedras bajos sus pies. La mirada, perdida en el vació de una inmensidad oscurecida por sus pensamientos, su alma, transfugada, alejada de si misma dejando apenas un recipiente vacio que poseía la vida sufuciente para seguir respirando, comiendo y bebiendo.

Estaba sola en aquel lugar y todo su ser le pesaba. Quería gritar, saltar, echar a correr. Pero su cuerpo no obedecía a esa pequeña voz que se disipaba en su interior. Como la onda de una piedra que es lanzada al agua.

¿Cómo hacer que su sol vuelva a brillar? ¿Cómo conseguir que su cuerpo responda?¿Cómo lograr que recupere su propia voz y grite bien alto?

Yo no puedo... no me veo capaz. Le tengo miedo y cada día más y más miedo. Tan solo puedo verla, alejado, desde la orilla de la playa, sentado en la arena con mi mirada fija en ella. Me duele por partida doble. Una por su dolor, otra por mi dolor.

Quisiera, querría, desearía..... Cuantas sensaciones que no encuentran salida y se estrellan en la impotencia. De poder le transplantaría mi corazón. Como si del monstruo de Frankestein se tratase. Para que dejara el dolor y el miedo a una parte. Destrozaría de un plumazo aquello que le ata, le enmudece y le corta las alas. Pero estoy atado... no conozco personalmente a sus fantasmas.

Espero verla descender de las rocas. De una pieza. No se si llegará a sentarse a mi vera o continuará caminando ante mi, como un susurro en el viento hasta desaparecer en el horizonte.. Supongo que siempre me quedará la arena y el mar de levante. Pero hasta entonces permaneceré cerca. Nunca se sabe si hallaré la manera o si mi mera presencia ya le pueda servir de algo.

Vuelve el insomnio. La creación literaria... quizás tengan razón en aquello que se dice. El arte nunca viene de la felicidad.


Y cambiando de tercios.... me he metido en tuenti. No es que me apetezca.... pero me pasearé por ahí un poquito a ver que tal.

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