domingo, 1 de julio de 2012

¡España ganó!. ¿ganó?

Dejando a una vera el tema del fútbol que poco o nada me interesa. He de decir que he pasado una tarde estupenda con mis amigos. Hacía bastante que no me sentía tan a gusto.

Con el tiempo uno aprende cada vez mejor a discernir las diferencias de la gente y sus evoluciones. Raquel posiblemente sea una de las personas que más cambiada he encontrado con respecto a cuando la conocí tan reservada y recatada. Hoy irradiaba una felicidad desbordante y es algo normal después de lo bien que lo pasó el día anterior en una de las muchas despedidas de soltera que va a tener.

Marisa también ha cambiado mucho desde que la conocí. El primer recuerdo que tengo de ella aun perdura en mi cabeza y todavía puedo sentir aquellas manos tan cálidas una mañana de sábado poco antes de entrar ha hacer un examen de matemáticas. Pero me entristece que haya cambiado tanto para mal. No se como hacerle ver la vida tan buena que tiene y que aunque algunas cosas fallen un poco de vez en cuando no es motivo para estar tan apesadumbrada. Ella es genial y hay bastante gente que la quiere un montón. Entre ellos un servidor.

Luis... se ha ido volviendo más y más duro con los años. Tiene una visión un tanto catastrófica de la vida. Él siempre dice que no es pesimista, tan solo realista. Pero la verdad y la realidad tiene tantos colores y matices que nunca se sabe que es cierto y que no.

Miguel tal vez sea de los que menos he visto cambiar. Sigue más o menos constante en su linea, tan solo que con más responsabilidades y la edad, que tampoco perdona. Siempre he pensado que de nuestro grupo es el más equilibrado y más sensato. En ciertos aspectos lo tomo por modelo, en otros no tanto... A él posiblemente sea a quien más le deba del grupo por mi cordura mental y por mi propia vida. Tiene esa forma efectiva suya de mandar mis miedos, preocupaciones  y mis tendencias... bueno, esas tendencias oscuras que me achacan de vez en cuando, a la mierda. Con cuatro palabras y todo vuelve a ser luz. Procuro no tener que valerme de él para ello. Ya hace más de 2 años del último episodio grave que pasé y tuve que valerme de él, y aunque he tenido deslices... he sabido manejarme bien y salir airoso sin ningún tipo de apoyo.

A veces no es tan malo tener tan buena memoria. Ver a cada uno de mis amigos evolucionar en la vida me reconforta. Hace que la vida tenga un brillo especial. Un..."savoir faire" que dicen los franceses.


1 comentario:

Abigail LT dijo...

jeje interesante, por lo menos ninguno a cambiado hasta tal punto de que tengas que tomar la decisión de terminar la amistad.

Saludos.