domingo, 14 de septiembre de 2014

Petrificado

He perdido la batalla. Perdido en mi lucha intensa que nadie escucha. He terminado arrollado, zapateado e inmovilizado en un estado catatónico más próximo a la inexistencia que a la vida misma. Veo pasar la gente, veo pasar los sonidos en ondulaciones armónicas, veo los olores como burbujas que entremezcladas navegan por los cielos. Pero yo nada, sigo petrificado. Me han arrancado algo de dentro de alguna forma quirúrgica. Sin dolor ha sido extirpada y ya no siento más que la necesidad de la soledad y de apartarme del mundo. De dejar de existir y que se me lleve el viento. 

Es duro inexistir en la existencia de cuantos te rodean. Pero que bien sentaría desaparecer, ser un recuerdo y en ocasiones ni tan siquiera eso. Abandonarme al vacío, a la nada. Un manto de color ambiguo que te abrace amoroso envolviéndote por siempre de todo y de todos.

No quisiera esta experiencia para nadie. La pequeña s lo llamo muerte en vida. Y que muerte es ésta que ni llegando la ansias y al mismo tiempo la desprecias. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces no sé por dónde vas y otras te veo claramente. Somos dualidades ¿no?

Date un abrazo de mi parte mientras seguimos en la distancia... que cuando disminuya te lo daré yo ;)