Es un dolor extraño. Busco los matices que lo componen y no logro descifrarlos por completo. Hay días en los que desaparece por completo y solo alberga un bálsamo aceitoso que reconforta y de repente ahí está otra vez. Esa mano que atraviesa tu estómago y trenza tus intestinos como si fueran a ser maroma de barco.
Supongo que nunca me acostumbraré a esto aunque tenga cosas que me gustan. Me veo hace años y me veo ahora... y ciertamente he cambiado mucho. Mayoritariamente cosas buenas y de lo que me alegro. Aunque también hay algunas que han empeorado con el paso del tiempo. Sobretodo mi temple. Últimamente tardo menos en saltar.
En fin. Esta tarde toca estar un poco al aire libre y hacer deporte. Bienvenido sea el viento que está haciendo.
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