Pasando los días

Hace mucho que no escribo. Tampoco es que me apetezca demasiado hacerlo ahora, pero no se porque una vocecilla en mi cabeza me instaba a que parlotease un poco.

Han pasado muchas cosas estas últimas semanas. Prácticamente todas ellas malas. Pero aun así me mantengo un poco encima de mi trenecito de la montaña rusa. Unos días arriba, otros abajo. Puede, quizás, que lo mejor de estos dos ultimos meses haya sido la quedada de la tea party a la que fuí. Tampoco es que me divirtiese cantidades ingentes, pero fué un salir de la rutina y abrirme un poco a la gente. La gente igual no lo nota, pero siempre estoy nervioso, asustado, como si no supiese que hacer ni que decir. Como un pobre cervatillo en mitad de la carretera paralizado mientras esas dos enormes luces de un trailer se aproximan hacia él a 80KM/H

Lo peor han sido muchas cosas... el diagnostico, mi amiga Marta, mi imposibilidad de estudiar, los trabajos, los recuerdos, la soledad....

Este viernes me han tocado mucho la moral. Me han puesto una despedida de soltero justamente el peor día que lo podrían haber puesto del año. ¿Y todo porqué? Porque viene Saray y quería pasar el máximo de tiempo posible con ella, y ahora tendré que alejarme de ella antes de tiempo para irme a una despedida que seguramente se me antoje aburrida. Muchos pensarán que me quedase con ella, pero nobleza obliga y ya, si pierdo ese rasgo tan distintivo mio. ¿qué me queda? Yo no soy solo mis palabras, soy mis actos. Hablar es fácil, es en el campo de batalla donde se han de demostrar las cosas. Pero me jode muchísimo no poder estar con ella hasta que no haya más remedio.....

Necesito desconectar de todo. Espero que lleguen fallas para no hacer nada. Depués ya veremos lo que ocurre. Porque igual no puedo ni hacer las prácticas o quizás sí. Ni idea. Tal vez este sea un año perdido, uno de tantos. Me pregunto si haciendo un balance puedo sacar algo que sea bueno. No me refiero a que no tenga cosas buenas, si no... a algo bueno que me haya sucedido...