domingo, 13 de septiembre de 2009

Pequeños delirios

Te dejé atrás. Tan lejos, tan olvidada. Se apagaron tus llamas y tu nombre ya no es más que un susurro inalcanzable. Ya no más volverás a mi. Ya no más volveré a sentirte. Tan solo queda un regusto entre amargo y dulce que algunos días trago y otros escupo.

Ya no te busco ni te encuentro. Quisera tenerte y a la vez no verte. Ausente de mi vida y siempre presente. No se que hacer por descubrirte y al tiempo no quiero hacer nada por sentirte.

Me pregunto quién sería capaz de quebrar el hielo con la mirada, quién me daría semejante patada que desharía la densa bruma que me acompaña. Sin tí no encuentro luz y contigo no encontraría paz.

Y al tiempo pequeñas aves oscuras, como la dama negra, revolotean en mi azotea. Y me veo saltando hacia ellas, intentado alcanzarlas con la mano y que me lleven volando. Quizás por encima de las nubes y dejar de producir surcos con las suelas de mis zapatos en una tierra yerma que no da frutos por mucho que las trabajes, las cuides o las ames.

No hay comentarios: